De coles nuevos y ser mayor

Debido a la insistencia de varios fans, aquí estoy de nuevo. Mira que os gusto a algunos, ¿eh? Mi vida se complica por momentos pero bueno aquí estoy tirando del carro como puedo. En casa está todo que parece que va a cambiar de un momento a otro. Dicen que el bebe nuevo va a nacer de un momento a otro así que ya os contaré en otra ocasión que es esto de ser el macho alfa, el jefe de cuatro.

Pero hoy os quería hablar de otra cosa. El cole nuevo. Después de pasarse todo el verano hablando de lo que yo creía que era una bola, si que llegó. Papá y mamá dicen que no les presto atención, pero… ¿en que cabeza cabía que me iba a separar de mi querida Mari Pili y que iba a ir a un cole nuevo porque soy mayor? Cada vez que sacaban el tema yo respondía con monosílabos y sin hacer mucho caso. Pero resulta que no era un cuento. Que si que era verdad y que aunque realmente yo no soy mayor, teníamos que hacer como que si lo soy e ir a un cole nuevo. Sin las mellizas, sin Mari Pili, sin nadie conocido. 
No sé que se esperaban, pero yo fácil no lo iba a poner. Me presentaron a mi seño nueva, Marta. El primer dia estuve allí con ella y más niños una hora. En cuanto me soltó papá me puse a montar el pollo y aguanté así un rato. Lo tenían que pagar papá y mamá y la Marta esa también, por si había tenido algo que ver en toda aquella historia. Pero pasó un rato y vi que nadie más lloraba. A ver, tampoco iba a ser yo el llorón del cole nuevo. Cuando me recogieron volví a montar un poco el pollo. Y así iban pasando los días. Cada día me quedaba un rato más. Pero no me gustaba nada ese cole. Era super gris, hacía un calor horrible y nadie me hacía ni caso. Un día me quité los calzoncillos para hacer pis, no me los puse de nuevo y nadie se dio cuenta. Mamá al darse cuenta alucinó un poco. Como no quería ni comer ni dormir la siesta en ese sitio, mamá se iba preocupando más. Vamos que ya había conseguido que ni a ella ni a mi nos gustase el cole nuevo. Estaba a un paso de volver con Mari Pili. A todo esto yo cada día entonaba mi canto manifestatorio «Marta no. Pili si» y asi varias veces siempre que salía el tema.

Papá le decía a mama «ya verás, va a llegar el milagro y nos van a llamar de «xxx», y ese es el cole en el que el niño y nosotros vamos a estar bien, y si no, el año que viene le cambiamos seguro, ya tendremos nuestra plaza». Espera, espera… ¿whaaaaat? ¿Otro cole? No se estaban planteando que yo volviera con Mari Pili sino llevarme a otro cole diferente. Esto ya es el colmo. Espero que por lo menos fuera el cole ese que me enseñaron antes de verano y me gustó tanto. 

El caso es que sí. Ocurrió el milagro (según papá y mamá) y un día llamaron a mamá: tenía plaza en xxx y podía empezar cuando quisieran. Mamá me lo contó emocionada, se había pasado la mañana comprándome un uniforme y zapatos y me lo quería probar todo. Fué de locos y yo me reía mucho de todo. Creo que eran los nervios. Papá me enseñó una sabanita y me dijo que qué pintábamos. Por decir, dije «teti» (si algo sé ya es hacerle la pelota a papá) y él super contento, se puso a dibujar el escudo del atleti. Mamá marcaba la ropa (¡hasta los calzoncillos!) y yo empecé a desordenar toda esa ropa nueva.


El día D llegó y me vistieron con aquel uniforme y me llevaron al cole nuevo. Ya nada de Marta. Ahora era «Luli». Así la llamé yo desde el primer momento y prefiero no desvelar su auténtica identidad». Allí estaba yo, repeinado, vestido elegante y no en chandal, con baby y en una clase alegre de colorines con niños majísimos y dos seños (¡dos!) majísimas. No podía llorar ni montar el pollo por más que quisiera. Se ve que papá y mamá habían acertado con ese cole y hasta yo me alegré del tal milagro. 

Y ahí sigo, con mis fichas, los juegos y todo lo demás. La comida me encanta y cuando no quiero dormir siempre acabo haciéndolo porque Luli me acaricia… estoy super contento. Mari Pili siempre estará ahí en el recuerdo y cuidando de las mellis, ¡ah! Y de canguro esporádica. Digamos que no está tan mal esto de ser mayor. Hasta estoy esforzándome por hablar mejor… es un rollo que no me entiendan la mitad de las veces que digo algo. 

Deja un comentario